La primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, también invitó a Fabiola Yañez al foro multilateral que se hará en Los Ángeles y tiene como objetivo fijar criterios comunes sobre las consecuencias regionales de la guerra en Ucrania, el cambio climático y la inmigración ilegal
El viernes pasado, la Cancillería recibió dos mails protocolares de la Casa Blanca vinculados a la Cumbre de las Américas que Estados Unidos organizará a principios de junio en Los Ángeles. El primer correo está firmado por Joseph Biden y formaliza la invitación de Alberto Fernández al foro regional. El segundo mensaje fue remitido por Jill Biden a Fabiola Yañez y su cometido es sumarla a una sucesión de actividades sociales que desplegará para las primeras damas que participen del evento multilateral.
Alberto Fernández quedó en contestar. Y Fabiola también.
El Presidente ya explicó a Washington que no comparte la decisión de Biden de excluir a los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre de las Américas. Ese mensaje secreto fue remitido por Gustavo Beliz -secretario de Asuntos Estratégicos- al Consejo de Seguridad Nacional y por Jorge Arguello -embajador argentino en DC- al Departamento de Estado.
La respuesta que recibió Beliz desde el Ala Oeste de la Casa Blanca y Arguello en el edificio Harry S. Truman fue en ingles neutro y fácil de entender: “No invitamos a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Son regímenes autoritarios y no los queremos en la Cumbre”, dijeron dos funcionarios de la administración demócrata que acceden al Salón Oval.
La negativa explicitada por Washington fue comentada con perplejidad y cierta ironía por el Presidente. En Olivos no entienden porqué Biden excluye a Cuba, Nicaragua y Venezuela alegando su matriz autoritaria, mientras avala la agenda geopolítica de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que integran países como Tailandia, Laos o Brunei.
“Nos molesta el doble estándar de Estados Unidos. Si Cuba es una dictadura, el sultanato de Brunei qué es”, se preguntó un miembro del Gabinete que es visitante frecuente de la quinta presidencial.
El canciller Santiago Cafiero se encontrará hoy con su colega Marcelo Ebrard en la Ciudad de México. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ya anunció que no participará de la Cumbre de las Américas, y Cafiero escuchará de Ebrard los argumentos políticos que articuló el presidente mexicano para justificar su ausencia en el foro regional que organiza Biden.
AMLO declinó su viaje a Los Ángeles por la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Y Biden solicitó al senador Christopher J. Dodd, asesor de la Casa Blanca para Cumbre de las Américas, que dialogara con el presidente de México para torcer su decisión geopolítico.
Dodd, con años de experiencia parlamentaria, fracasó.
El temor de la Casa Blanca es un efecto dominó. México no va a la Cumbre, Jair Bolsonaro informó que se quedará en Brasil para continuar con su campaña presidencial, Luis Arce anunció su solidaridad política con Cuba, Nicaragua y Venezuela, y permanecerá en La Paz. Mientras que un puñado de islas caribeñas -agrupadas en el denominado Caricom- meditan sobre la invitación de Washington.
Todd arribará hoy a Buenos Aires para explicar la posición de la Casa Blanca. Tiene prevista una reunión con Beliz en Balcarce 50, y no se descarta un cónclave con Alberto Fernández. El senador demócrata es amigo personal de Biden, y sus opiniones en DC pesarán cuando explique en el Salón Oval qué piensa el presidente argentino sobre la Cumbre de las Americas.
Cafiero, Beliz y Arguello recomiendan participar de la Cumbre de las Americas.
Alberto Fernández aún duda, y alega su presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que tiene como socios activos a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El Presidente considera que todos los integrantes de la CELAC deben concurrir a la Cumbre, y que Biden está observando a la región con una perspectiva geopolítica que la caída del Muro de Berlín enterró para siempre.
Estas opiniones del jefe de Estado implicaron que la Argentina todavía no remitiera a la Casa Blanca su
respuesta formal a las invitaciones recibidas hace seis días en la Cancillería.
“Vamos a esperar. Y si nos preguntan, la respuesta es simple: llegó la invitación y queremos que vayan todos”,aseguró un ministro de contacto diario con el Presidente.
En Washington tienen otra mirada. Recuerdan la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y conocen las intenciones de la Argentina de vender gas a la Unión Europea (UE).
Le toca mover a Alberto Fernandez.