Shreya Siddanagowda perdió sus extremidades en un accidente en la India. Lo que sucedió después sorprendió a los médicos.
La vida de Shreya Siddanagowda (24) sufrió un vuelco en 2016 cuando, a los 18 años, se vio involucrada en un accidente de autobús en el interior de la India que le aplastó ambos brazos. Debido a la tardanza de primeros auxilios, tuvieron que amputarles ambas extremidades por debajo del codo.
La joven se sometió a un procedimiento quirúrgico intensivo para recibir el trasplante de brazos de un donante de 20 años que había fallecido en un accidente en bicicleta. La cirugía fue exitosa ya que su cuerpo toleró sus nuevas partes sin problema.
Lo sorprendente del caso es que el color de la piel de los implantes era unos tonos más oscuro que su el de su piel natural, ya que el donante era un hombre alto con dedos grandes y delgados. Pero ahora, sus brazos y manos se volvieron más claras, igualando su tono natural.
Una segunda oportunidad
“A veces, las cosas buenas se desmoronan para que las cosas mejores se unan”, fue la primera frase que Shreya Siddanagowder escribió en su cuaderno un año después de su trasplante.
Hoy su caligrafía coincide con la que ella tenía, pero lo que más sorprendió a los médicos es cómo el color de los brazos de Shreya cambiaron para coincidir con el resto de su tono de piel.
Siddanagowder se sometió al primer trasplante de brazos intergénero de Asia. La intervención fue llevada a cabo en el hospital de Ciencias Médicas (AIMS) y los cirujanos están investigando si las hormonas femeninas podrían ser la clave para tales cambios.
Su vida cambió para siempre
En septiembre de 2016, mientras viajaba desde Pune al Instituto de Tecnología Manipal en Karnataka, India. Shreya sufrió un accidente de autobús que obligó a la amputación de ambas extremidades. Un año después, visitó el Instituto Amrita para registrarse para el trasplante.
El hospital en el que se llevó a cabo la compleja intervención quirúrgica fue el único centro en Asia que realiza operaciones de este tipo. En ese momento, había más de 200 amputados en lista de espera.
“El coordinador de trasplantes dijo que podrían pasar meses hasta que llegara un donante. Regresamos a nuestro hotel sin ninguna esperanza. Una hora más tarde, el hospital nos volvió a llamar para hacernos análisis de sangre urgentes”, recordó Shreya en diálogo con medios de la India.
Su donante se llamaba Sachin, un joven de 20 años que había sido declarado con muerte cerebral un día después de verse sufrir un accidente de bicicleta. Su familia había accedido a donar sus brazos y otros órganos.
El tipo de sangre de Shreya era compatible con la del joven. El mismo día, 9 de agosto de 2017, un equipo de 20 cirujanos realizó el trasplante que duró más de 13 horas. Primero se unió la mano del donante con el hueso, luego con arterias, venas y músculos antes de coser la piel a la extremidad superior.
Durante un año y medio, la joven permaneció en Kochi para someterse a fisioterapia intensiva. Los nervios periféricos tardaron en desarrollarse.“La mano se sentía pesada, inicialmente era voluminosa”, comentó la joven en una entrevista con The indian Express.
Creer o reventar
Uno de los primeros cambios que experimentó Shreya fue la reducción de peso de los brazos a medida que la grasa extra se disolvía lentamente para igualar su extremidad superior más delgada.
“No sé cómo ocurrió la transformación. Pero se sienten como si fueran míos. El color de la piel era muy oscuro después del trasplante, no es que fuera mi preocupación, pero ahora coincide con mi tono”, comentó sorprendida Shreya a la AFP.
Otro importante cambio a su nuevo cuerpo se dio cuando en los últimos 3 o 4 meses: la madre de la joven notó que sus dedos se estaban volviendo más delgados, un poco más largos.
La ciencia busca explicar su caso
El doctor Iyer, quien la atendió, dijo que el color de los brazos de Siddanagowda rápidamente comenzaron a mostrar “muchos cambios”, pero que es difícil encontrar una explicación científica.
Su colega Shehla Agarwal afirmó que la ausencia de testosterona explica por qué las manos se volvieron menos peludas y comentó que otros cambios hormonales podrían explicar el cambio de color. Y también que el donante pudo haber estado expuesto a más luz solar y actividad física que la mujer.
“Todos nos sentimos muy felices por ella”, dijo el Dr. Iyer.
Hoy las uñas pintadas y el tono de la piel le permiten llevar una vida social normal. Mientras tanto, dejó la ingeniería y ahora está cursando licenciatura en Economía. En la actualidad, escribe sus exámenes por su cuenta, a mano.