Firmarán hoy una declaración conjunta en la que se comprometen a priorizar la educación para revertir la “emergencia” que generó el cierre de escuelas durante la pandemia. Están reunidos en Buenos Aires
Entre ayer y hoy viernes, los ministros de Educación de la región participan del encuentro que organiza la UNESCO y reúne a los principales funcionarios de las carteras educativas. De esta tercera edición, que se desarrolla en la Ciudad de Buenos Aires, surgirá una declaración en la que todos los países latinoamericanos se comprometen a priorizar la educación de cara a los próximos años para evitar una “catástrofe generacional” tras el cierre de escuelas por la pandemia.
En la primera jornada de ayer jueves, el presidente Alberto Fernández dio el discurso inaugural. Después de cuestionar los bloqueos a Cuba y Venezuela, dijo que “igualar para aprender debería ser una consigna para toda América Latina y el Caribe”.
La cumbre que culminará por la tarde tiene como objetivo monitorear las metas fijadas por la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se aprobó en 2015, y fijar una hoja de ruta de cara al futuro inmediato. Dentro de ese programa, en el cuarto objetivo (ODS4) se definió la importancia de una visión inclusiva, equitativa y de calidad para la educación.
Pasados siete años, los avances son mínimos e incluso la pandemia agudizó la crisis educativa que atravesaba la región. La subdirectora general de Educación de la UNESCO, Stefanía Giannini, presentó un informe en el que mostró avances y, sobre todo, estancamiento y retrocesos de los distintos países en materia escolar. Allí la Argentina es mencionada junto a Costa Rica y Guatemala como una de las naciones que más cayó en términos de aprendizajes, en especial en matemática.
A nivel regional, lo que ya era una situación de gravedad, la pandemia la convirtió en una “emergencia educativa” que puede llevar a una “catástrofe generacional”, según advierten. A inicios de 2020, antes de la pandemia, casi 10,5 millones de chicos se encontraban fuera de la escuela y cerca de la mitad de los estudiantes no lograban los niveles mínimos de aprendizaje. Ya con la pandemia, más de 170 millones de alumnos se vieron afectados durante las 57 semanas en las que las escuelas estuvieron total o parcialmente cerradas.
“El Informe que presentamos hoy es preocupante. Muestra que aún antes de la pandemia hubo un estancamiento en el avance de muchos logros educativos y revela la importancia en reforzar las competencias básicas. Revertir esta tendencia presenta un desafío mayor, en un contexto global de inestabilidad, bajo crecimiento económico, desigualdades crecientes y una crisis ambiental que amenaza el planeta.”, remarcó Giannini en su discurso.
Según supo Infobae, la “Declaración de Buenos Aires” que firmarán todos los ministros reconoce la “emergencia educativa” y llama a tomar medidas “urgentes” para recuperar y transformar los sistemas educativos. Compromete a las naciones a priorizar la educación en la agenda pública, a garantizar el financiamiento y el uso eficaz de los recursos. Los objetivos que señala son varios: retomar los aprendizajes perdidos, en especial en lengua y matemática, revincular a los chicos que abandonaron la escuela durante la pandemia, desarrollar alertas tempranas de deserción escolar y apoyar y capacitar a los docentes.
Al respecto, el ministro de Educación argentino, Jaime Perzcyk, indicó: “Los desafíos que enfrentamos exigen que trabajemos de manera mancomunada y activa para que millones de estudiantes y docentes vuelvan y encuentren en la escuela un proyecto de vida. Estos desafíos contemplan, sobre todo, la reparación de los daños socioeconómicos, la reconstrucción de sistemas educativos con una mayor inversión para ser más justos y equitativos”.
Uno de los puntos que señala el documento es que esa recuperación educativa no debe implicar volver a la misma escuela, sino a cambiar las estructuras que llevaron a una crisis de acceso y aprendizajes que viene de arrastre. Menciona la posibilidad de aprovechar este contexto histórico para reimaginar e implementar una educación más pertinente, que sea convocante para la comunidad.
Con la firma de la declaración también se aprobará una nueva hoja de ruta de corto plazo, hasta 2025, para acercarse a los ODS4, que estará a cargo de la Unesco. Luego, las conclusiones del encuentro en Buenos Aires se trasladarán como un mensaje regional en la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, convocada por Naciones Unidas para septiembre.