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Marcó a Maradona, dirigió a Ronaldo y hoy es DT en Primera B: la maratónica vida de Mario Gómez

Roberto Carlos Mario Gómez se siente cómodo trabajando en Deportivo Armenio. La tranquilidad que se consume recorriendo el camino al Dique Luján en Ingeniero Maschwitz le permite al entrenador seguir trasladando todos sus conocimientos a los jugadores del tradicional equipo sostenido por la familia Nakis.

Aquel lateral que tomó notoriedad jugando en el exitoso Ferro de Carlos Griguol, hoy tiene 65 años. Es indudable que por la línea de conducta del maestro cordobés, Gómez fue templando una personalidad que le permitió sobreponerse a situaciones exigentes. Desde dar vueltas olímpicas jugando en un equipo humilde, como darle una charla técnica a jugadores consagrados.

“Yo en Kimberley de Mar del Plata jugaba de 5, pero cuando Griguol me invitó a participar del proyecto Ferro con la condición de ser lateral derecho, no lo dudé”. Así arrancó la charla futbolera con quien de joven trabajaba de mozo en la tanguería que administraba su papá a metros de la Plaza Mitre, en Mar del Plata.

El Mago Garré, Héctor Cúper, Fino Cañete, Claudio Crocco, Beto Márcico y Mario Gómez. Equipazo de Ferro Carril Oeste de la década del 80.
El Mago Garré, Héctor Cúper, Fino Cañete, Claudio Crocco, Beto Márcico y Mario Gómez. Equipazo de Ferro Carril Oeste de la década del 80.

Mario Gómez le sigue dando importancia al hecho de haber tenido como compañeros a grandes jugadores de ese Ferro moldeado por Timoteo. “No sabes lo que era compartir una práctica con Márcico y el uruguayo Julio Giménez. Era una delicia verlos jugar”.

Su recorrido como jugador en Ferro comenzó en 1980 y terminó en 1987. En en Verde de Caballito ganó dos torneos (1982 y 1984) formando parte de una defensa que salía de memoría. Gómez, Cuper, Rocchia y Garré.

El profesor Gómez, ya abocado al oficio de entrenador, se aferró a los conocimientos de su maestro Griguol. Con él dio sus primeros pasos planificando partidos.

El tiempo lo llevó a trabajar con un viejo compañero, porque a Gómez el llamado de Héctor Cúper no lo hizo dudar. Juntos comenzaron a trabajar en Lanús, pero el tiempo los llevó a trascender juntos en Europa dirigiendo a Mallorca, Valencia e Inter.

Con Valencia (jugaban Ayala, Pellegrino, Aimar, Kily Gonzalez y Piojo López), logró formar parte del cuerpo técnico que en 2001 perdió la final contra Bayern Munich por penales, en el San Siro de Milán.

En un momento de su carrera decidió ser cabeza de grupo. Y su trabajo también tuvo buenos resultados. En Lanús logró el subcampeonato del torneo Clausura 1998. Con Gimnasia de Jujuy logró el ascenso a primera donde permaneció durante 3 temporadas. Con el “Lobo” le ganó 2 a 1 al Boca de Basile que venía de salir campeón en la Tacita de Plata.

Pasó por Quilmes, Gimnasia y Esgrima la Plata y Belgrano, donde estuvo en la puerta de ascender a primera, pero en un ida y vuelta apasionante se quedó con las ganas ante Racing.

Este marplatense que tiene tres nombres “porque mis padres no se ponían de acuerdo”, siguió su interminable recorrido como entrenador en Grecia y varios países con escasa tradición futbolera. La vida lo llevó trabajar en Hong Kong, Malasia e Indonesia.

Dirigió 16 equipos y también a la selección de Malasia. Su conocimiento lo pone de manifiesto ante cada indicación que le da a esos jóvenes soñadores que tiene el equipo de la colectividad armenia. Un club que pretende acercarse a lo que fue en la temporada 86/87, donde pudo ascender a primera de la mano de jugadores que lo llevaron bien arriba como José Úbeda, Cincunegui y Sergio Silvano Maciel.

Roberto Carlos Mario Gómez se toma en serio este nuevo desafío. Lejos del ruido de las grandes ligas, pero con las imborrables enseñanzas que le supo dar su viejo maestro, Carlos Timoteo Griguol.

Mario Gómez, entrenador de Deportivo Armenio (TN).
Mario Gómez, entrenador de Deportivo Armenio (TN).

¿Qué te motiva a seguir entrenando?

-Me gusta enseñar, me gusta entrenar a jugadores jóvenes.

¿Por qué se decía que Ferro era un equipo adelantado a la época?

-Mirá, en el ‘81 se empezó a ver la diferencia que haciamos sobre los demás equipos. Físicamente los superamos claramente. Griguol era un adelantado. Al principio nos preguntamos los jugadores para que tanto trabajo pero después en el partido nos dabamos cuenta que sacábamos ventaja. Además teníamos a Luis Bonini como preparador físico. Otro hombre clave en el proceso.

Ferro fue un equipo muy cuestionado por un sector del periodismo. ¿Cómo se manejaban con la crítica?

-Nosotros hacíamos nuestro juego. Manejábamos la pelota con la defensa y nos criticaban por eso. Y pensar que ahora lo hacen mundialmente. Recuerdo un partido contra Huracán donde nos cobraron un indirecto en contra porque la razón era que teníamos que atacar. Ese equipo tenía las cosas bien claras y cada jugador conocía muy bien su función.

¿Qué significó enfrentar al Boca de Maradona?

-A pesar de que perdimos 1 a 0, fue imborrable. Nos aplaudió la Bombonera. Con Maradona ese día Boca jugó con 12 jugadores. En la semana le ofrecí a Griguol para marcarlo hombre a hombre a Maradona y Griguol me dijo que estaba loco.

¿Te arrepentís de no haberle hecho foul a Hugo Perotti?

-Sí. Me desconcentré y no seguí la pelota cuando Maradona le dio el pase a Perotti. Le tendría que haber hecho foul. Nos jugábamos el campeonato y cometí un error muy grave.

¿Cómo fue tu primer contacto con un plantel de fútbol, pero donde vos eras el técnico?

-Fue en 1997. Fue un partido donde Lanús por televisión jugaba contra Platense. Me subieron de la cuarta a Primera y tuve que darle la charla a Ruggeri, Ibagaza y “Chupa” López, entre otros. Toda la noche estuve pensando en cómo dar la charla técnica. Estuve nervioso y tartamudeé varias veces. Perdimos 3 a 1 y no lograba imponerme.

¿Qué significó dirigir a Oscar Ruggeri?

-Un fenómeno Oscar. Me ayudó muchísimo. Él se retiró siendo yo el técnico de Lanús. Recuerdo una sobremesa, se acercó y me dijo que el domingo contra Estudiantes se retiraba. Ese día tuvimos un penal a favor, lo pateó, hizo un gol y se fue de la cancha.

Contame de la goleada 4 a 0 a River…

-Fue con Lanús en 1998. En el Monumental le ganamos con lujos al River campeón de Ramón Diaz. Una noche fantástica. Jugamos con muchos pibes del club como Alesandria, Juan Fernández, Kmet, Ibagaza… Ese día Gustavo Bartelt jugó un partidazo y convirtió dos goles. Me acuerdo de que lo trajimos de All Boys y nos rindió muchísimo.

¿Qué significa es trabajar en las grandes ligas? Lo hiciste siendo ayudante de Cúper.

-Logré trabajar con lo mejor, pero lo que más rescato es que trabajé en la élite y fundamentalmente que disfruté del día a día. La ventaja de ser segundo de Cúper me permitía conocer la parte humana de esas estrellas. Eran 30 figuras que querían jugar.

¿Son humanos?

-Sí, son humanos. Vos sabés que a veces empiezo a repasar con quiénes pude trabajar y me impresiona con los jugadores que estuve: Zanetti, Cannavaro, Materazzi, Recoba; Ronaldo, Batistuta, Vieri, Crespo, Mendieta… Me siento muy orgulloso de donde pude desarrollar mi trabajo.

Contame alguna anécdota de Ronaldo…

-Yo siempre estaba muy cerca del trabajo de los arqueros. Seguía muy de cerca a Toldo y Fontana. Cuando Ronaldo venía a trabajar con ellos, siempre les hacía goles. como los hacía? Pegandole a la pelota de puntín. Se los gritaba a los arqueros y me venía a abrazar.

Héctor Cúper y Ronaldo en el Inter del que Mario Gómez fue principal ayudante del DT argentino.
Héctor Cúper y Ronaldo en el Inter del que Mario Gómez fue principal ayudante del DT argentino.

¿Estaba buena la competencia Argentina-Brasil?

-Jaja… Ronaldo y Adriano eran muy compinches. Entonces hacían dupla para pegarle al travesaño desde tres cuartos de cancha. Y nosotros con Cúper intentábamos poder ganarles. El que perdía tenía que hacer un regalo.

¿Por qué Cúper es tan distante?

-Héctor es una persona afable. El tema es que te pone una pared si no te conoce, pero te aseguro que es un tipo bárbaro. Agradecido por todo lo que me enseñó.

¿Que les faltó para ganar la Champions con Valencia?

-Me lo sigo preguntando. Hicimos lo imposible para ganarle a Bayern Múnich. En la definición por penales íbamos 3 a 1 arriba y si Carboni hacía el penal ganábamos la Champions. Nos pegó tan duro que a pesar de ser protagonistas de la Liga, también perdimos el campeonato español.

¿Existe la burbuja en el fútbol o se dimensiona?

Son millonarios pero tienen una vida muy normal. Sabía que muchos jugadores de Valencia e Inter ayudaban en silencio. El ejemplo de Javier Zanetti con su fundación es un caso muy claro.

¿Cómo se trabaja en el fútbol asiático?

-Cuando llegué, rápidamente me di cuenta de que tenía que bajar dos cambios. Si no, no iba a durar poco tiempo. Me convertí en un hombre más paciente. Tuve jugadores pícaros, habilidosos, pero no como en Argentina.

Mario Gómez, entrenador de Deportivo Armenio (TN).
Mario Gómez, entrenador de Deportivo Armenio (TN).

¿Con qué Argentina te encontraste?

Está complicado y eso me pone triste. Veo a la gente nerviosa, la plata no alcanza. A veces pienso en buscar nuevamente trabajo en el exterior pero prefiero estar cerca de mi familia. Estando cerca puedo ayudar a mis seis hijos.

¿Que jugador te deslumbró?

Ariel Ibagaza. Tenía ojos en la nuca, se parecía a Bochini. Jugaba a un toque y mentalmente tenía todo claro. Cúper lo ponía de segundo 5 y desde ese sector manejaba al equipo. Hasta les daba indicaciones a los más grandes e incluso me tiraba conceptos a mí, siendo yo su técnico.

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