La venta de la píldora anticonceptiva fue aprobada en mayo de 1960, pero se comercializaría hasta agosto de ese año, y las consecuencias de ese momento perduran hasta hoy. Por primera vez en la historia la mujer pudo planificar su maternidad, lo cual le permitió incorporarse masivamente a estudios superiores y al mundo laboral, la transformó en dueña de su sexualidad y redefinió para siempre la sociedad, en México y en todo el mundo.
Una pequeña pastilla puede tener el mismo efecto que la bomba atómica.
Eso consignó la revista Newsweek en una edición especial de 1999, en la que se encuestó a 80 científicos para determinar los 10 inventos más importantes de los últimos dos mil años. Al lado de la energía nuclear, la imprenta o los computadores, los expertos situaron la píldora anticonceptiva, argumentando que:
Cambió para siempre el rol social de la mujer y la conformación tradicional de la familia, e instauró la noción de que la mente controla al cuerpo y no viceversa”.
La píldora anticonceptiva es una revolución, y cumple 57 años de que se puso a la venta. El 11 de mayo de 1960, la Food and Drug Administration aprobó la venta de Enovid, el primer anticonceptivo oral, iniciando su comercialización el 18 de agosto del mismo año. Meses después, en enero de 1961, se lanzaba la primera píldora fuera de Estados Unidos: Anovlar, del laboratorio Schering (hoy Bayer), fue aprobada primero en Australia, luego Alemania, después el resto de Europa y, progresivamente, América Latina, generando un cambio irreversible en la sociedad.
Pero lo que hoy parece sencillo y evidente – tener relaciones sexuales sin riesgo de embarazo – fue una odisea plagada de obstáculos: primero científicos; luego de las autoridades; finalmente de sectores conservadores que en todo el mundo, México incluido, vieron con alarma las transformaciones que inmediatamente empezó a producir esta pequeña pastilla.