La divisa sigue aumentando menos que la inflación mensual, pese al compromiso contraído con el FMI. Además, la brecha cambiaria ya supera el 100%
En una de las primeras definiciones desde que asumió, Silvina Batakis se centró en la política cambiaria. La ministra de Economía aseguró que “se siente cómoda” con la cotización del dólar en el mercado oficial y así buscó disipar los temores sobre una posible devaluación brusca. Pero más allá sus expresiones, el atraso cambiario ya supera el 8% en lo que va de 2022, según las propias mediciones que realiza el Banco Central.
El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral había cerrado el 2021 a 102,5 puntos, pero en el arranque de julio ya se ubicaba en 93,8, lo que significa una disminución superior al 8% en poco más de seis meses. Este índice toma en cuenta la evolución del dólar oficial en relación a la inflación local, pero también compara con la evolución de los tipos de cambio y la evolución de los precios de los países que comercializan con la Argentina.
En otras palabras, la evolución marca que la Argentina se volvió menos competitiva en estos últimos meses. Esto va en contra del compromiso asumido por el Gobierno en el acuerdo con el FMI, cuando se pactó que el tipo de cambio se mantendría en términos reales. Sin embargo, el atraso cambiario es cada vez más relevante, perjudicando a los exportadores que tienen cada vez menos incentivos para ingresar divisas al precio oficial.
La brecha cambiaria también es un claro reflejo de este problema. El dólar mayorista cerró ayer a $ 126,20, mientras que el dólar Bolsa (o MEP) finalizó a $ 262, con lo que la diferencia se amplió hasta el 108%. Semejante distancia no se veía prácticamente desde octubre de 2020, cuando se produjo un fuerte salto cambiario en medio de la gran expansión monetaria producto de la pandemia. En aquel momento el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, puso en marcha un programa de austeridad fiscal para calmar el mercado. Y lo logró al menos en los primeros meses del 2021.
Más allá de las expresiones de Batakis, los inversores no creen que el dólar oficial sea de “equilibrio”, como manifestó la propia ministra. Prueba de ello es que se está multiplicando el volumen operado en el mercado de dólar futuro, con millonarias ventas por parte de un solo vendedor, el Banco Central.
Por lo pronto, el Central terminó por segundo día consecutivo con saldo vendedor, desprendiéndose de USD 180 millones, que se agregan a otros USD 100 millones registrados el lunes. De esta forma, el BCRA está “devolviendo” parte de las compras que realizó la semana pasada, cuando prácticamente quedó paralizado el comercio exterior luego de las nuevas restricciones dispuestas para el sector importador.
Aún cuando no se produzca una devaluación brusca, el Banco Central no tendrá muchas salidas que acelerar la suba del dólar oficial. El tipo de cambio viene subiendo menos que la inflación casi todos los meses y el atraso se seguirá acentuando si no hay una rápida reacción.
El BCRA pasó de un incremento de 1% mensual del dólar oficial el año pasado a un incremento acelerado que pasó al 2%, luego al 3% y finalmente al 4% por mes. Pero ahora, con una inflación que se resiste a caer del 5%, será casi imposible mantener aquel nivel de devaluación mensual.
Batakis se reunió con el titular del BCRA, Miguel Pesce, en las horas previas a su asunción. En ese encuentro se habló sobre la política que se seguirá en relación al tipo de cambio oficial, de la evolución de las reservas y de la preocupación por la continua caída del mercado de bonos en pesos, que requiere de una emisión monetaria cada vez mayor para evitar un derrumbe de los precios.